domingo, 6 de julio de 2014

25-ISLAS LOFOTEN (13/06/2014)

El día empezó fresco fuimos a Eggun, después del desayuno, que está a unos 50 kilómetros, casi 1 hora de viaje.
Hay un excursión que recomienda la guía entre Eggun y Unstad, son 8 kilómetros así que no la haremos completa, porque luego hay que volver por el mismo camino pero discurre por la costa y tiene muy buena pinta.
La salida se hace desde otro "camping" como los de la zona. Tiene la particularidad de que para entrar hay una bote y te indica que deposites una cantidad por el acceso, pero ni valla, ni control, ni nada. Cumplimos con el peaje y nos preparamos para iniciar la marcha. Como podréis ver por mi foto el día esta para ir abrigado. Más que frío el problema es el  viento helado, sobretodo al principio, pero luego a base de andar, y como lo llevábamos despaldas se fue bastante asequible.
Al principio la ruta es suave y luego se endurece un poco hasta la parte en la que di la vuelta que ya era casi impracticable. Sobretodo pensando que había que volver por el mismo sitio.
Eugenia se quedó casi un kilómetro antes del punto final y cuando volví de regreso resulta que se había quedado en una especie de buzón donde firman los senderistas que pasan por allí. Lo descubrió porque vio a una pareja que al pasar se paró a firmar. Así que cumplimos con el ritual.

El paseo es de los de no perderse y supone un contacto totalmente distinto a todo lo que habíamos visto antes. Andando el mundo es diferente.
Esta es la ruta que finalmente hicimos:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7075248

Una vez terminado pudimos tomar algo en un kiosoko pequeño en el mismo camping, por la mañana parecía que estaba cerrado por fuera de temporada pero aquí el horario habitual es de 11 a 6 aproximadamene, así que llegamos perfecto para tomar un tentenpie, entre otras cosas porque es la única posibilidad.
La verdad es que así hemos funcionado muy bien, desayuno completo, comida muy ligera y cena más consistente.

Continuamos en dirección sur hacia  Moskenes que es, casi, el punto más al sur de las Islas Lofoten.
Al fin empezamos a ver los famosos secaderos de bacalao que aparecen en todas las fotos, aunque ya no es época en la parte sur quedan bastantes y es muy distinto a nada que hayamos visto antes.
Este fue el motor que hizo famosas a las Islas y, como es normal, ha perdido fuerza pero sigue siendo  de importancia, después del turismo la segunda fuente de ingresos.





Un poco más al sur de Moskenes está O que es un pueblo, del tamaño habitual que son por aquí, es decir, unas pocas casas, pero tiene un camping con cabañas con vistas espectaculares en una posición elevada sobre el mal.
Resulta raro irse a cenar con este sol pero en esta tierra donde nunca se poner el sol, ya son las siete y o nos ponemos en marcha o no cenamos.
La oferta es muy reducida pero hay un sitio que no lo ponen mal y vamos a probar suerte.
Es Maren Anna, el fuimos por la crítica de Lonely Planet aunque no decía que fuera gran cosa, lo cual es un error total. El alma del restaurante es Federico, profesional inmejorable, y además Uruguayo. Para empezar la recepción calida y agradable conectando directamente con nosotros. 
Nos dejamos llevar por sus recomendaciones, después de explicarle nuestras preferencias y cantidad de apetito, nos eligió un menú muy bueno y volvemos al tema del idioma, ¡que gusto!
Compartimos la sopa de la casa, y yo odio la sopa,  y es algo para reconciliarse con ellas de por vida . En cuanto al segundo también compartimos un bacalao inmejorable de calidad, cantidad, presentación. El postre nos atrevimos con helado con una confitura de pimienta verde que fue la apoteosis final.


  Ruta Eggun

No hay comentarios:

Publicar un comentario