sábado, 6 de septiembre de 2014

26-HENINNINGSVAER EGGUN MOSKENES (13/06/2014)

Empezamos el día con el desayuno en el hotel  Hennigsvaer Bryggehotel, al mismo nivel que la cena del día anterior y entre sus vista y que el día está esplendido, además ya no tenemos las risotadas de anoche, definitivamente un lujo.






  • EGGUN


  • Hoy vamos a caminar un "rato", la ruta que viene en la guía parte de Eggun y continua por la costa algo menos de 18 kilometros (ida y vuelta).


    La mañana esta fría así que salimos bastante abrigados

    Al principio el camino es muy suave y como llevamos el viento por detrás se lleva muy bien la temperatura. 
    Empezamos con una visita del arco iris, siempre sorprendente y mágico

    Todo el recorrido por la costa empieza suave y con buen firme. Parece que estamos en la tierra de Heidi por el verdor y las ovejas, que aparecen diseminadas conforme caminamos.



    Al cabo de unos 2.5 kilometros la ruta se empieza a complicar un poco y hacemos un alto al lado de un poste que tiene pinta de haberlo arrojado el mar

    Como Eugenia está hoy con dolor de cabeza opta por quedarse descansando y yo sigo un poco más.
    Mas adelante las cosas se van complicando y las rocas van aumentando de tamaño y haciendo la ruta bastante incómoda.
    Cuando veo que la cosa se complica más opto por dar la vuelta porque sino se nos va a alargar mucho la ruta.
    El poste que parecía arrojado por el mar resulta que es un buzón. Antes de llegar pasó una pareja y la señora se acercó para abrir el buzón del poste y firmar.
    Resulta que es una caja que dentro tiene un libro para que firme el caminante que pase por allí.
    Después de descubrirlo, por supuesto, hemos dejado nuestra firma.

    Una vez acabada la ruta se plantea el problema de la comida, es la hora y encontrar algo no es fácil.
    Por suerte hemos dejado el coche en uno de esos aparcamientos (que aquí llaman campling) y tiene un aseo con una especie de kiosko que está abierto.
    Así por lo menos hemos podido tomar un perrito caliente, para salir del paso, y nos vamos a Moskenes que está al fin de las Islas Lofoten y será nuestra última parada antes de dejarlas.

    Toda la ruta es de paisajes espectaculares y al fin hemos podido ver secaderos de pescado, que es algo clásico aquí pero pensabamos que no tendríamos la oportunidad porque estamos fuera de temporada.


     
     Tambíen hay el problema de las obras por la orografía que tienen deben aprovechar el verano y, además, la única forma es cortar la carretera mientras hacen las voladuras. Así hemos estado parados un buen rato, pero al final hemos llegado.

    • MOSKENES y A

    Vamos a un camping en el mismo final de las Lofoten, esta en "A", sí así es como se llama esta aldea, que parece más una urbanización que un pueblo. Aparece recomendado por estar en alto sobre el mar con vistas espectaculares, y además es cierto. Son unos bungalows sencillos pero aquí podéis ver las vistas.








    Hemos estado un momentito sentados en la terraza tomando el sol, la verdad es que apetecía quedarse más rato pero van a ser las 7 de la tarde y tenemos que organizar la intendencia.
    Lo primero es comprar sellos y ver si hay algún sitio para desayunar mañana y cenar ahora mismo. Eso resulta raro, con un sol de cinco de la tarde, ponerse a cenar pero es la única posibilidad si te vas a las 9:00 lo mismo ya no cenas.
    El desayuno de mañana está complicado hasta las 10 o más tarde no hay nada que este abierto, así que haremos un desayuno en la habitación como buenamente podamos y ya tendremos después la posibilidad de tomar un café.
    En cuanto a la cena hay un sitio que lo pone regular y nada más porque el siguiente ya supone hacer unos cuantos kilómetros y aquí las carreteras nos cunden nada, así que con serias dudas vamos a probar suerte en Maren Anna.
    Un éxito total, os paso la crítica que colgué en TripAdvisor porque creo que es muy explicativa:

    Fuimos por la crítica de Lonely Planet aunque no decía que fuera gran cosa, lo cual es un error total. El alma del restaurante es Federico, profesional inmejorable. Para empezar la recepción calida y agradable conectando directamente con nosotros. 
    * Nos dejamos llevar por sus recomendaciones, después de explicarle nuestras preferencias y cantidad de apetito, nos eligió un menú muy bueno y de acuerdo con nuestras peticiones.
    * Compartimos la sopa de la casa, y yo odio la sopa,  y es algo para reconciliarse con ellas de por vida . En cuanto al segundo también compartimos un bacalao inmejorable de calidad, cantidad, presentación. El postre nos atrevimos con helado con una confitura de pimienta verde que fue la apoteosis final.
    *  En todo momento rebosaba orgullo de los productos que nos ofreció lo cual hace que la calidad, y es mucha, mejore el producto. Se siente que le gusta su trabajo y lo transmite. ¡ Ojalá existiesen profesionales de su categoría, enhorabuena !
    * Presentación impecable.

    Además una cosa que me pareció muy bien es que en la despedida nos comentó que estaba intentando promocionar el restaurante y su curriculum así que nos regalaba una postal y pedía que le pusieramos una crítica en el Trip...
    Así terminamos el día, es curioso que rápido se acostumbra uno a irse a la cama con un sol de media tarde, pero es lo que tiene madrugar bastante y no parar un solo momento a lo largo del día.


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