jueves, 6 de noviembre de 2014

27-MOSKENES (14/06/20014)


El día empezó con viento y fresco, tuvimos que desayunar en el bungalow un tentenpie porque era la única opción de comer algo, eso sí, sin café.
Al estar desapacible nos planteamos adelantar la salida porque no estaba claro que pudiéramos hacer alguna excursión por la zona.  
Nos acercamos a la salida del ferry para ver como sería el embarque y con las esperanza de poder tomar un café pero por esta zona hasta las 10:00 nada de nada. Además habían anulado un ferry y parecía bastante razonable adelantar la salida, por si acaso.
Así que pusimos el coche en la cola del ferry y como teníamos unas horas hasta la salida estuvimos dando vueltas hasta que abrieron la oficina de turismo y la cafetería.
Antes dimos un paseo por un sitio que prometia, está pegado al camping y lo que dice la guían es que se producen unos fuertes remolinos entre las dos islas, ya descritos hace 2.000 años, y que atrae gran cantidad de peces, aves y mamiferos. Pues bien, no vimos nada, salvo el viento casi insoportable.
Después leí, en algún sitio, que se produce con los cambios de marea. Así que fue un visto y nos visto.
Esta es la micro ruta:
Moskenesstraumen 
Nos recomendaron una ruta cortita y dentro del tiempo que teníamos, discurre paralela a la carretera, por la antigua, bordeando el mar y en dirección norte.


En total algo menos de 7 kilómetros para despedirnos de las Lofoten, bonito paisaje, viento para aburrir y despedida.

 Al final llegó el ferry y abrió sus fauces, ¡impresionante!!, supongo que a la gente de estas tierras no les llamará la atención pero para mi es algo que merece la pena verse. Por otra parte para mover todos los vehículos lo tienen muy organizado y resulta francamente cómodo.
A estas alturas se hecha de menos la moto, van y vienen bastantes y aunque el día es desapacible no habría estado mal hacerlo sobre dos ruedas, pero eso no tiene importancia.
De todas formas antes de salir había un Alemán con esta máquina totalmente tuenada y como la mía.
 Luego iniciamos la ruta hacia Bodo, ¡Adios a la Islas Lofoten!





24-SENJA (10/06/2014)

Transporte alternativo a la moto
Después de todos nuestros tropiezos, por fin salimos para Senja, dispuestos a disfrutar y a archivar los avatares de Tromso. Este es la única opción que tenían y esta de vicio.


Tromso Ferry a Senja



Senja es una isla que nos pilla de paso para ir a Lofoten y es menos turística que el resto. Sus carreteras son sinuosas y estrechas. Se llega por medio del ferry que une la carretera ya que es una isla, que suele ser habitual en Noruega.
Esperando el ferry

Ruta en Senja

Recorrimos la parte norte de la Isla desviándonos una vez para visitar Husoy, no llegamos a bajar porque no se veía nada de interés desde arriba, pero las vistas desde el mirador que domina la bahía son espectaculares.
Esperando el ferry
Al haber perdido tanto tiempo en Tromso, lo que nos hizo salir tarde, visitamos esta zona tranquilos pero sin tomar los dos desvíos que tenía previsto, ya era demasiado tarde.


















Así, llegamos al hotel Hamn i Senja, una auténtica maravilla por localización e instalaciones. Nos comentaron que trabajaba un español y cuando empezamos a cenar se acercó a saludarnos.
Carlos,  de Santiago de Compostela, que como tantos otros ha tenido que hacer el petate y salir al fin del mundo a buscarse la vida, porque en España el ladrillo hundió a muchos y no les quedó otra salida que la emigración.
Tipo agradable y de aspecto tranquilo, buen conversador, se entretuvo charlando con nosotros un rato durante la cena y estuvimos intercambiando opiniones, además, aficionado a las motos pero centrado en circuitos. ¡que más se puede pedir!
Por su puesto, no ayudo con el menú e incluso con la wifi que se ha convertido en un producto de primera necesidad y ya empezamos a preguntar por su acceso antes que por la reserva, casi.
La cena fue espectacular, os pongo las fotos para que podáis ver lo "peor", la presentación, porque lo realmente bueno fue comerlo.

Como de costumbre, quedo mucho (casi todo) por ver pero mereció mucho la pena, quizá algún día volvamos con más calma a empaparnos de la zona, quien sabe.